Esta es una de las recetas que me acompañan desde siempre. En esta oportunidad le agregué un toque de azúcar negra y reemplacé la clara de huevo que separa el relleno de la masa por dulce de leche.
La manzanas se recolectan desde hace miles de años, sus propiedades hacen que se las consideren la fruta por excelencia. Existen gran cantidad de variedades y entre ellas se destacan las famosas Granny Smith.
Ellas, son de origen australiano y fueron creadas por la floricultora María Ann Smith.
María, junto a su esposo Thomas se habían trasladado en 1838, desde el sur de Inglaterra al nuevo continente, donde se dedicaron a cultivar frutales en el predio que habían adquirido.
Treinta años más tarde y dos años antes de fallecer, María Ann en uno de sus tantos injertos descubrió la nueva manzana.
Debido a la aceptación que tuvo desde un principio pasó a recibir el nombre de “Granny (Abuelita) Smith”.
Desde ese momento se convirtió en el ingrediente ideal para preparar los pasteles y las tartas de manzanas.
Ingredientes:
Para la masa mezclar en un recipiente la harina con el polvo de hornear, la manteca, el azúcar y la ralladura de limón, fregar con los dedos hasta integrar. Agregar el huevo, el agua y la esencia, amasar hasta obtener un bollo que se despegue de las manos. Llevar a la heladera alrededor 15 minutos.
Estirar sobre la mesada y cubrir la superficie y los laterales de una tartera enmantecada y enharinada de preferencia desmontable.