Los panes dulces combinados con hortalizas y especias son ideales para acompañar las tradicionales picadas o las mesas de quesos. En esta receta, la cebolla de verdeo es la protagonista. Su cultivo es muy antiguo y se las considera originarias del Asia Central. Desde allí pasaron a la India, Europa y América. Por investigaciones de algunos historiadores se sabe que las comían los trabajadores que construyeron las pirámides de Egipto y que tanto los soldados griegos como los romanos, las consumían mientras marchaban a luchar. Poseen propiedades curativas y preventivas para la salud tanto las de verdeo como las de bulbo.
Preparación:
Lavar bien y filetear las cebollas de verdeo en finas rodajas. Rehogar en unas cucharadas de aceite, incorporar agua y cocinar unos minutos. Condimentar con el orégano y salpimentar a gusto. Sacar del fuego y reservar.
Retirar una cucharada colmada de harina, para el molde, antes de mezclar con el polvo de hornear.
Separar las yemas de las claras y batir éstas a punto nieve.
Colocar en otro bol la manteca con el azúcar y batir hasta obtener una crema, agregar las yemas de a una por vez mientras se sigue batiendo. Reemplazar la batidora por una espátula o cuchara de madera y añadir la sal, la pimienta, la mostaza y las cebollas.
Incorporar la harina tamizada alternando con la leche y las claras a nieve.
Volcar en un molde semicircular o de budín inglés de 28cms. enmantecado y enharinado. No tiene que superar las ¾ partes del mismo.
Cocinar a temperatura media durante 40 minutos aproximadamente. Apagar el horno y dejar reposar unos minutos antes de retirar.
Desmoldar y enfriar antes de cortar.
Se puede guardar en la heladera envuelto en papel de aluminio.
Presentación:
Ubicar en la tabla o fuente elegida y cortar en porciones, dejando una parte entera sino la van a utilizar.
Rodear con los productos elegidos pueden ser rodajas de lever, de salamines, porciones de queso, etc.
Espero la practiquen y les sea de utilidad.
La abuela Martha