A menudo postergamos aquello que sabemos que nos hará bien. Nos decimos a nosotros mismos que comenzaremos mañana, la próxima semana o cuando las circunstancias sean ideales. Sin embargo, el cambio no sucede en un gran salto, sino en la suma de pequeños pasos conscientes. En el yoga, como en la vida, todo comienza con un paso.
El primer paso en la práctica del yoga no es necesariamente una postura avanzada ni una práctica perfecta, sino la decisión de presentarnos en el mat con actitud positiva dispuestos a la experiencia. Puede ser tan simple como detenernos por un momento, respirar profundamente y permitirnos estar presentes. Esta pequeña acción ya marca la diferencia, porque nos conecta con la intención de cuidarnos y de escuchar lo que nuestro cuerpo y mente necesitan.
El yoga nos enseña que cada asana, cada respiración y cada momento de meditación forman parte de un camino de autoconocimiento. No se trata de llegar a un destino específico, sino de disfrutar el proceso. En lugar de enfocarnos en la perfección, podemos enfocarnos en el crecimiento, en la manera en que cada práctica nos transforma desde adentro hacia afuera.
La resistencia al cambio es natural. Muchas veces nuestra mente nos pone barreras: “No soy lo suficientemente flexible”, “No tengo tiempo”, “No sé por dónde empezar”. Pero si nos detenemos a observar, nos daremos cuenta de que son solo pensamientos, no realidades absolutas. La única manera de superarlos es atravesándolos, dando ese primer paso sin exigirnos resultados inmediatos.
En el camino del yoga y la meditación, cada práctica es una oportunidad para reiniciar. Si un día no pudimos practicar, podemos retomar al siguiente sin juicio ni culpa. Si nos distraemos en la meditación, siempre podemos volver a la respiración. Esta enseñanza es valiosa también fuera del mat, cada día es una nueva oportunidad para actuar con mayor conciencia, para elegir lo que nos nutre y nos equilibra.
Tomar el primer paso también significa confiar en el proceso. Puede ser desafiante al principio, pero con el tiempo, la constancia nos lleva a descubrir beneficios profundos. Más allá de la flexibilidad o la fuerza física, el yoga nos brinda herramientas para enfrentar la vida con serenidad, paciencia y aceptación.
Si estás esperando el momento perfecto para comenzar, recuerda que el momento perfecto es ahora. No necesitas estar en la mejor forma, ni conocer todas las posturas, ni disponer de una hora completa para practicar. Basta con un solo paso: tomar la decisión de comenzar el maravilloso camino de autoconocimiento, respirar con conciencia o simplemente hacer una pausa para estar presente. Y cuando miramos hacia atrás, nos damos cuenta de que todo el camino comenzó con esa pequeña, pero poderosa decisión de empezar. Hoy, regálate ese primer paso y confía en que el resto del camino se irá desplegando a medida que avances.
Namasté