La vitrificación de ovocitos u óvulos, es un proceso que se ha estado desarrollando exitosamente en los últimos años. La vitrificación, se basa en el congelamiento acelerado. Los métodos de congelación utilizados hasta ahora, podían dañar los óvulos al formarse cristales de hielo. Contrario a la congelación regular, que produce estos cristales de hielo que hacen inviables la mayoría de las células, la vitrificación los enfría lo suficientemente rápido para que la transformación de líquido a sólido sea instantánea, eso significa que no se forman cristales de hielo.
Esta técnica consiste en reducir la temperatura a la que se expone el óvulo, de 22º C iniciales a -196º C de una manera súbita, tan rápida que la velocidad de enfriado es de 23.000 grados por minuto, a diferencia de las técnicas tradicionales donde la velocidad oscilaba entre los -0.3 y los -2 grados por minuto. Es necesario incubar los óvulos en una solución con alta concentración de crio protector que evite los daños producidos durante la vitrificación, e inmediatamente después se los introduce en nitrógeno líquido. De esta forma se transforma un cuerpo líquido en vítreo
El proceso completo consiste en una estimulación hormonal, y la extracción de varios óvulos mediante una sencilla intervención llamada punción ovárica. Una vez que se han recuperado esos óvulos, se vitrifican en el laboratorio y se mantienen almacenados en nitrógeno líquido durante un tiempo indefinido. Ésa es otra de las ventajas de este proceso, se pueden conservar indefinidamente.