No es posible No comunicar

No es posible No comunicar

Todos sabemos la importancia que tiene la comunicación en la vida de los seres humanos, lo fundamental que resulta tener una buena comunicación con nuestro entorno, con las personas que nos relacionamos; pero poco tomamos cuenta de la magnitud que esto conlleva. No es posible No comunicar, dice el primer enunciado de la Teoría de la comunicación humana, destacando que toda conducta tiene una función comunicativa, incluso aunque esto se intente evitar; no sólo comunicamos mediante palabras, sino también con nuestras expresiones faciales, nuestros gestos, nuestras acciones e incluso cuando guardamos silencio estamos comunicando.

Es imposible no comunicar, partiendo de esta premisa podemos considerar algunas interferencias en el proceso comunicativo que lleva a malos entendidos y conflictos. “Usted podrá saber lo que dijo, pero no lo que el otro escuchó”, nosotros desde nuestro marco de referencia emitimos un mensaje que no siempre es recepcionado como imaginamos, el otro es un otro y con ello toda la subjetividad que eso implica, con lo cual, es importante ir preguntando y chequeando si nos están entendiendo y evitar suposiciones que pueden estar muy lejos de la realidad.

Ser claros y concretos, es esencial; Decir específicamente lo que queremos nos permite organizar nuestro mensaje de manera coherente, si estamos confundidos, confusión es lo que vamos a transmitir. Muchas veces nos enojamos porque no nos sentimos entendidos y un motivo puede ser que nosotros no tenemos tan claro el mensaje que queremos dar.

Es necesario recordar que nos estamos comunicando con mucho más que las palabras. Tener una actitud respetuosa y considerada es crucial; muchas veces perdemos de vista las formas que utilizamos y terminamos generando la reacción opuesta a la esperada; Relacionarse de forma autoritaria, agresiva, sarcástica o demás características negativas no aportan más que barreras.

Es importante seleccionar el momento adecuado, como así también encontrar las palabras apropiadas. Saber elegir los momentos y las palabras justas, nos ahorran muchos disgustos. 

Podemos aprender a comunicarnos mejor, podemos desarrollar habilidades que nos permitan expresarnos efectivamente, podemos escuchar para comprender en lugar de escuchar para contestar…podemos no estar de acuerdo sin perder el respeto y especialmente podemos elegir como comunicarnos.

Ana De Innocentiis
Consultora psicológica