Listo, se terminó la espera: en pocos días la pelota rodará de nuevo y se pondrá en marcha el Mundial de Fútbol Qatar 2022. Escenario exótico, momento del año poco habitual para disfrutar de una Copa del Mundo, pero con los condimentos que harán que una vez más el país se paralice en búsqueda de la tan ansiada tercera vuelta olímpica.
Como no ocurría hace mucho tiempo, un equipo que goza del clamor popular se calzará la celeste y blanca con el mote de candidato.
El plantel comandado por Lionel Scaloni llega a Qatar en un momento inmejorable: dueño de América, con un Messi al que no le pasan los años y ostentando un largo invicto.
No obstante, los más jóvenes deberán contener la euforia y saber qué fue lo que ocurrió la última vez que Argentina llegó tan “dulce” a un Mundial: el golpazo de 2002, ese que todavía da bronca al recordarlo. Por eso, pies de plomo. Cabeza fría. Humildad. Pensar que el triunfo está asegurado sería una locura que puede costar caro.
¿Es candidata la Selección? Sin dudas, lo que le cuelgan ese cartel están en lo cierto. En un momento del fútbol mundial en el que ningún combinado nacional sobresale claramente por sobre los demás, la solidez lograda (sumada a la confianza en la idea) puede ser clave en un torneo tan corto que suele ofrecer sorpresas en cada edición.
Los puntos fuertes de Argentina son varios. El primero es obvio: tener a Lionel Messi, en el que quizás sea su último gran desafío con la Selección -más allá de que con su estado físico quizás hasta llegaría a 2026-. Lio está bien, fino, tan goleador y asistidor como en los últimos 15 años.
Otra fortaleza es el haber consolidado a un grupo. En el equipo nacional, el todo es más que la suma de las partes. Costó, no hubo grandes momentos de brillo en el medio, pero hoy Argentina es un equipo que sabe perfectamente qué hacer y cómo en cada momento de sus partidos.
El recambio está dando frutos con nombres como Cuti Romero, Dibu, Lisandro y Lauraro Martínez, Tagliafico, Ángel Correa y Lo Celso. A ellos los guía la vieja guardia compuesta por el propio Messi, Di María (impensado hace poco más de un año) y Otamendi.
El cuerpo técnico se anota en la columna del haber. Contra todos los pronósticos, un interinato destinado a la fugacidad terminó consolidándose como uno de los procesos más serios y exitosos de las últimas décadas. Siendo sinceros, nadie creía Lionel Scaloni iba a mantenerse y con semejantes resultados.
La Scaloneta es hoy un fenómeno de popularidad y en eso mucho tiene que ver el entrenador.
Por último, la ausencia de la pesada mochila. Ya no está más la carga de los años sin títulos, ya que en el Maracaná se cortaron los 28 años de sequía. Aquel triunfo despejó cabezas y permitió soltarse.
Por el contrario, entre los riesgos o las contras hay que mencionar a las siempre temidas lesiones. En las semanas previas hubo que prender velas por Di María, Dybala y más jugadores. Que nadie se resfríe de acá al martes 22, por favor…
¿Quién puede hacerle frente a Argentina? Más allá de que no pudo lograr la Copa América en su casa, Brasil siempre es de temer y sus cracks llegan en plenitud. Francia es el campeón y por eso merece respeto. Inglaterra está en un momento de dudas pero tiene grandes jugadores. Fuera de este grupo, es sabido que siempre hay lugar para una o dos sorpresas que llegan más lejos de lo imaginado.
Pero se terminaron los análisis y las especulaciones. Es tiempo de ponerse la camiseta, sacar la bandera al balcón y sentarse frente a la tele. Arranca el Mundial y los corazones laten más fuerte que nunca. La suerte está echada.
¡Vamos, Argentina!
