Marcelo Dundic es autor del libro “Derqui, punto de partida. Turismo no convencional”, sobre pueblos ubicados a no más de 150km. Comenzó a viajar porque una enfermedad lo hizo replantear su vida.
Hace una década, la vida de Marcelo Dundic transitaba por un momento crucial: a los 45 años, el hombre estuvo 10 meses postrado por una tuberculosis grave que lo puso en serio riesgo.
Ahora, a los 56, el cambio es notorio: este vecino de Presidente Derqui, Partido de Pilar, se sube a su moto y recorre pueblos de la provincia de Buenos Aires y el resto del país, tomando fotos y videos además de registrar sus vivencias por escrito.
Precisamente, así nació “Derqui, punto de partida. Turismo no convencional”, su primer libro (editado por El Bodegón), en el que ofrece una guía de pueblos y lugares ubicados a no más de 150 kilómetros de la zona norte.
“Quiero que la gente no se quede en la casa los fines de semana, quiero sacarla del sillón”, expresa con la misma pasión con la que se sube a su moto y sale a recorrer pueblos de todo el país.
“La idea del libro es incentivar a los lectores de la zona y de pueblos vecinos a conocer historias y lugares”, expresa este electricista que, al recordar su historia, comenta que “antes usaba la moto para ir al trabajo, no hacía otra cosa. Pero a los 45 años tuve una tuberculosis grave que me dejó en cama 10 meses, lo que me hizo replantear un montón de cosas… Solo vivía para trabajar y pagar cuentas”.
Este mojón en su vida lo hizo decidirse. Si bien iba a seguir trabajando, el tiempo libre iba a ser de calidad. “Así que compré una moto más grande y empecé a recorrer -señala-. A veces nos íbamos en auto, pero mi verdadera pasión es la moto”.
En un primer momento, Dundic abrió un canal de YouTube (Raro Turismo), en el que se pueden ver videos de varios de sus destinos. Pero en este 2022 nació la inquietud por escribir.
En el camino
Según sus propios cálculos, la lista de pueblos visitados por el derquino ya llega a 900, desde Tafí del Valle (Tucumán) hasta Bariloche (Río Negro). Sin embargo, en este primer libro se centró en lugares que están a 150 kilómetros a la redonda de su lugar de residencia, precisamente para que los lectores puedan darse el gusto de viajar sin depender del factor tiempo y sin hacer grandes erogaciones de dinero.
Luego de tantos kilómetros recorridos, Dundic puede dar fe de que “tuvimos un país riquísimo en materia ferroviaria, donde había una estación hay un pueblo.
Nuestra cercana pampa bonaerense nos ofrece puentes ferroviarios centenarios, viejas estaciones de trenes en lamentable abandono, estancias fortificadas para frenar al indio y proteger a la joven ciudad de Pilar que se estaba formando”.
Además, producto de las travesías realizadas en la última década, Dundic cuenta con una gran cantidad de fotos y anotaciones, “pero no quería que todo eso quedara guardado en un cajón de mi casa”, por lo que también forma parte de su primer libro.
En su bitácora de viaje, el autor menciona pueblos como Ernestina (25 de Mayo), donde caminó el príncipe de Gales en 1925, o Azcuénaga (San Andrés de Giles), donde Juan Manuel de Rosas y Horacio Quiroga firmaron la “Carta de la Hacienda Figueroa”. También el castillo Guerrero (San Vicente), escenario de la muerte trágica de Felicitas Guerrero, entre tantos otros lugares tan cerca de casa, a los que llegar no lleva más de dos horas.
El libro también incluye un listado de almacenes y pulperías que aún están en funcionamiento, “lugares donde retrocedés 150 años con solo cruzar la puerta”.
“Estamos rodeados de historia”, asegura. “Cerca tenemos lo que fue el Camino Real, por el que pasaron San Martín y Belgrano, pero también bandidos y contrabandistas”. Un recorrido plagado de parajes, pueblos fantasmas, castillos… También soldados, bandidos rurales, carretas y mucho más.
