Auto observación y reconocimiento

Auto observación y reconocimiento

El yoga es una práctica que no solo involucra movimientos físicos, sino también un profundo trabajo interno de autoconocimiento y observación personal. Este proceso es esencial para conectar con nuestro estado mental, emocional y físico, permitiéndonos vivir con mayor conciencia y equilibrio. 

Cuando nos disponemos a realizar una práctica de yoga, es importante dedicar unos minutos a observar nuestra respiración, para reconocer como estamos al momento de comenzar. Si la respiración es corta y rápida en la parte alta del pecho, significa que estamos ansiosos, y estresados, si se entrecorta es que estamos temerosos, si se vuelve lenta y baja hacia el abdomen marca un estado depresivo, de inercia y/o pereza. La felicidad y el amor la vuelven amplia, profunda y equilibrada. También debemos observar cómo está nuestro cuerpo. ¿Hay tensiones? ¿Cómo se siente nuestra energía? Este simple acto de atención nos ayuda a reconocer nuestro estado actual sin modificarlo ni juzgarlo, creando una base de autoaceptación y claridad. 

Luego de reconocer nuestro estado interno, podemos llevar la atención a la respiración y modificar los patrones con técnicas de pranayamas (regulación del Prana), ya sea para elevar nuestra energía, o para bajar la ansiedad, eliminar el estrés y calmar la mente. 

En la filosofía del yoga, el concepto de autoconocimiento juega un papel central. Este principio nos invita a reflexionar sobre nuestros pensamientos, emociones y comportamientos. A través de la meditación y la práctica de asanas, aprendemos a observar las fluctuaciones de nuestra mente y a identificar emociones que pueden estar influyendo en nuestro bienestar. Por ejemplo, durante una postura desafiante, podríamos notar cómo la mente genera resistencia o juicio. Al traer conciencia a estas reacciones, podemos comenzar a transformarlas en oportunidades de aprendizaje y crecimiento personal . 

El reconocimiento de nuestro estado también incluye ser conscientes de nuestras acciones. En la prisa del día a día, muchas veces ignoramos lo que sentimos o reprimimos nuestras emociones. Sin embargo, el yoga nos invita a pausar y a permitirnos sentir plenamente. A medida que acrecentamos esta práctica, descubrimos que el reconocimiento de nuestras emociones no es una debilidad, sino una fortaleza que nos permite procesarlas y atravesarlas con nuestro propio cuerpo. 

Fuera del mat, el yoga nos invita a llevar esta observación a todos los ámbitos de la vida. La práctica diaria de estar presentes en nuestras acciones, pensamientos y palabras nos permite vivir con mayor intención y significado, haciendo mejores elecciones. Por ejemplo, podemos preguntarnos: ¿Estoy actuando desde un lugar de amor y compasión? ¿Estoy escuchando a mi cuerpo cuando necesito descanso o energía? 

En síntesis, el proceso de observación y reconocimiento en el yoga es una invitación a vivir con mayor autenticidad y conexión. Al cultivar esta práctica, no solo mejoramos nuestra postura física y la flexibilidad corporal, sino también nuestra capacidad de enfrentar los desafíos de la vida diaria con serenidad y equilibrio. Y recuerden la auto observación es el primer paso hacia la transformación. 

Namasté
Sandra Tess
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