Testigo del crecimiento de un pueblo

Testigo del crecimiento de un pueblo

En el centro de Pilar, La Reina cumplió nada menos que 110 años de trayectoria. El local de indumentaria es el comercio más antiguo de la zona. 

Antoine “Tono” Aon es un mítico dueño.

Si ya de por sí es difícil mantener un negocio en funcionamiento durante un puñado de años, lograr el éxito durante más de un siglo es algo reservado para unos pocos…

Este es el caso de La Reina, local fundado en 1913 que está catalogado como el comercio más antiguo del centro de Pilar y –por qué no- de toda la zona.

En marzo, el local de la calle Lorenzo López 670 (frente a la plaza 12 de Octubre) cumplió nada menos que 110 años como testigo del desarrollo de aquel pueblito en el que los clientes llegaban a caballo para renovar su vestuario cada semestre.

Como ocurre en casi todos los pueblos, pocas veces los vecinos llaman por su nombre propio a los locales más emblemáticos, rebautizándolos con el nombre de su creador o encargado. Por eso, La Reina es para todos simplemente “lo de Tono”, en referencia a Antoine Tono Aon, quien venció la resistencia paterna y maneja el negocio desde hace más de medio siglo.

La vida de Aon transcurrió entre las calles del centro, a metros de la plaza céntrica, con el viejo molino o ya sin él. Con tierra o asfalto, con caballos o con autos… Siempre estuvo ahí.

La iniciativa fue del padre de Tono –José Juan-, acompañado por su abuelo Juan, ambos inmigrantes libaneses al igual que su madre, Rosa Rahaim. Llamado en un principio Casa Aon Tienda San José, fue rebautizado como La Reina en la década del ’40. En 1949 se hizo una reforma del negocio, que se dividió en Moda Jolie (duró unos años y estaba orientada al público femenino), y LR para los hombres.

Tono es el más chico de seis hermanos, el único al que lo sedujo seguir el negocio familiar. Sin embargo, al terminar la Primaria, Aon cursó la Secundaria en San Miguel, para luego probar con Ingeniería en la universidad. “Anduve aflojando, estuve más de un año sin estudiar, pero mi papá no lo sabía… Un día, un amigo, Tuqui Gussoni, me invitó a estudiar Odontología y me entusiasmó”, recordaba en entrevista con El Diario Regional años atrás.

Pero La Reina lo atraía con fuerza, tal es así que viajaba a Capital pero no entraba a la facultad. Su “cómplice” era Marta, quien luego fue su esposa y continúa a su lado al día de hoy.

Por la negativa de su padre, fundó junto a dos amigos (Carlos y Hugo Moreno) otro negocio histórico de la zona: la heladería Bom que Bom, presente en Pilar desde 1956.

Corría 1959 cuando su insistencia pudo más y pasó a formar parte de La Reina en forma “oficial”. Desde ese entonces, Tono Aon no se movió del mostrador… Aún con la venida de los shoppings y el boom comercial de la zona desde la década del ’90.

A 110 años de su creación, entrar a La Reina es contemplar una combinación de presente y pasado, entre ropa última moda y recuerdos invaluables. 

Varias generaciones de clientes se mezclan con las caras nuevas. Entre charlas y consejos, siempre se elegirá a la prenda correcta. Si hasta en su trastienda (que no es otra que la casa de Tono) se realizan reuniones multitudinarias que se respetan como un ritual.

La costumbre nació el 3 de julio de 1998, en la víspera del partido que al día siguiente Argentina perdió con Holanda, quedando eliminado del Mundial de Francia.

Aquella reunión iniciática tuvo a unas ocho o diez personas, número muy diferente a los 25 o 30 comensales que llegan cada viernes en la actualidad, con la única premisa de pasar un buen momento. La convocatoria aumenta sobremanera en fechas como fin de año o el Día del Amigo, cuando los presentes pueden ser, sin exagerar, 70 u 80.

¡Por muchos años más!

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Lic. Alejandro Lafourcade
revista 4Estaciones