Mi experiencia en el camino del Yoga

Mi experiencia en el camino del Yoga

Recuerdo el día de la charla informativa, cuando realizamos unos minutos de respiraciones conscientes guiadas, el sonido de los cuencos, y una clara intención de encontrar un nuevo propósito en la vida. Buscaba  un crecimiento personal para sentirme en Paz conmigo misma y con los demás. En ese momento, sentí el latido de mi corazón, fuerte y claro, llenando todo el espacio en mi interior, y la intuición de estar lista para comenzar este largo camino de autoconocimiento, sabiendo que estaba en el lugar adecuado y el momento justo.

Al comenzar tenia dudas y miles de preguntas, podré vencer mis miedos? Seré capaz de comprender la filosofía..? Mi edad y la falta de flexibilidad afectarían mi capacidad para realizar correctamente las asanas? Todas y cada una de ellas fueron respondidas por si solas al avanzar en los textos YS y BG..

Elegí enfrentar mi mayor desafío: las prácticas de Kurunta, así inicié el proceso de autoconocimiento, con disciplina, haciendo lo que hay que hacer,  para reconocer cada una de mis resistencias, atravesándolas por mi propio cuerpo. Aprendí a respirar a través de las situaciones que me paralizaban con una actitud positiva que me proporcionaba confianza. 

Escuchar esas palabras tan valiosas,  “ves que podés..”, me permitió comprender que eran los ruidos de la mente agitada y una percepción defectuosa, lo que me impedía avanzar.

Renunciar no era una opción, Krishna le dice a Arjuna que luche…!  Y eso es lo que decidí hacer, confiando en poder realizar las acciones desinteresadamente, sin esperar los resultados, trabajar en mis debilidades tomando distancia para observar y así transformar lo percibido.

Aprendí  a soltar, a no juzgar, a disciplinar los sentidos, pudiendo elegir lo beneficioso ante lo placentero, hallé la voluntad y perseverancia para continuar con devoción y volver día tras día a enfrentar nuevas experiencias que alimentaron mi entusiasmo. Esto hizo que el esfuerzo justo y necesario se sintiera más liviano, culminando en un sentimiento de gratitud que me llena de emoción.

La práctica de respiraciones conscientes y pranayamas me ayudaron a aclarar la mente, a disminuir la ansiedad, intentando solo ser testigo, dando paso a la energía que habita mi alma, disfrutando del presente, en cada inhalación como si fuera la primera y la última, ya que es única e irrepetible.

Otro desafío fue concurrir al retiro en Cariló, significaba probarme a mí misma, que podía atravesar mis sombras aún fuera de mi zona de confort, entregándome a una nueva experiencia, llevando a la práctica todo lo aprendido. Y más que una prueba fue un curso intensivo de aceptación y desapego. Soltar el control, dejarme guiar, confiar en que todo era perfecto tal cual sucedía, cultivar la paciencia y la empatía, alegrándome por los logros ajenos.

El concepto de dar y recibir se hizo evidente en cada situación, la abundancia está vinculada con la generosidad, y sin dudas la unión de tan buenas energías potenciaba la percepción.

Comprendí que no hay límites, solo la finitud de este plano. Enfocar la atención en la inmensidad de la perseverancia, es lo que nos da la voluntad ilimitada. Y donde dirigimos la energía las cosas crecen..

Personalmente  identifico la presencia Divina o Energía Universal en todo lo que se ve y en lo que no se ve.. en las acciones y en la inacción.

Reconozco esta Energía en mí y en todo lo que me rodea.. es el despertar de la conciencia.. lo que ilumina el camino..lo que activa el positivismo. Debemos honrar lo que somos…y lo que estamos en camino de Ser.

Sin la Energía Universal que nos impregna a todos y a todo con su omnipresencia e inmanencia, nada existiría. Cada vivencia es única para quién la transita, y sin duda es lo que cada uno debe atravesar para evolucionar.. lo esperanzador es que siempre, en esta o en otras vidas, va a estar ahí para acompañar el camino hacia la libertad.

Solo hay que encontrar dentro nuestro el silencio que nos permite escuchar con claridad esa voz interior que nos susurra… dándonos la certeza de que estamos en el camino correcto.

Quiero agradecer a mis compañeras/os por ser parte de mi realidad. Cada uno a su tiempo me fue mostrando un reflejo de mí misma que debía observar, reconocer, aceptar, y transformar.

Gracias por permitirme estar presente para uds. en alguna oportunidad.

Gracias Carlos, por tu paciencia y respeto a mis limitaciones, gracias por tu generosidad en la  entrega de los conocimientos, por tus palabras certeras, que me guiaron siempre.

Sandra