La ley del espejo hace referencia a un fenómeno de proyección psicológica, un mecanismo de defensa por el que atribuimos a otras personas nuestras virtudes o defectos. Es una herramienta de autoconocimiento que sugiere que el origen de las experiencias que vivimos está en nosotros; la idea de que percibimos la realidad como un reflejo de lo que tenemos dentro, es la esencia de esta Ley. Yoshinori Noguchi, autor del libro La Ley del Espejo afirma que: “El mundo exterior actúa como un espejo, reflejando tanto nuestra luz como nuestra sombra, siendo un retrato de nuestro mundo interior”.
Tomar conciencia de nuestros sentimientos, pensamientos, entender nuestras respuestas en relación con lo que nos sucede, es un proceso que empieza revisando nuestro mundo interior, identificando y trabajando los diferentes aspectos que nos fueron revelados. Nadie niega la conducta afuera, la situación o la persona que de alguna manera “provocó” nuestras emociones; No obstante, la propuesta acá es cambiar el foco de atención e iluminar nuestro interior para entender nuestra realidad afuera. Hacernos responsables de nuestros sentimientos nos permite gestionarlos de manera positiva, potenciando nuestro crecimiento y evolución; ahí reside nuestro verdadero poder, en conocernos y elegir conscientemente como responder a las circunstancias.
Les comparto un párrafo del libro La ley del Espejo; y si les interesa el tema les recomiendo su lectura:
…»Los acontecimientos que ocurren en la realidad son el resultado. Cada resultado siempre tiene una causa. Y esta causa se halla en su interior. Es decir, debe saber que la realidad de su vida es el espejo que refleja su interior. Por ejemplo, cuando se mira al espejo se da cuenta de ¡ah, me he despeinado! o ¡hoy tengo mal color!
Considere que la vida es como un espejo. Gracias al espejo que es la vida podemos darnos cuenta de la propia persona y tenemos la oportunidad de cambiar. La vida está hecha para permitir desarrollarnos hasta donde sea…