El acné. Abordaje y cuidados

El acné. Abordaje y cuidados

El acné es una enfermedad inflamatoria, causada por múltiples factores, que afecta a las glándulas productoras de sebo (grasa). Dicha inflamación se produce cuando los folículos pilosos de la piel (o poros), se ven obstruidos  cuando las glándulas están sobre estimuladas y  fabrican  más sebo. Si hay un exceso de sebo y demasiadas células cutáneas muertas, los poros se tapan y las bacterias (sobre todo las de la especie Propionibacterium acnes) pueden quedar atrapadas dentro de los poros y multiplicarse. Esto hace que la piel se hinche y enrojezca. 

Pero, ¿Cuáles son los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar acné?

Hormonas. Un aumento de los andrógenos(hormonas sexuales  que aumentan tanto en niños como en niñas durante la pubertad) hacen que las glándulas sebáceas se agranden y produzcan más sebo. Los cambios hormonales relacionados con el embarazo también pueden causar acné. 

Predisposición genética. Los investigadores creen que es más probable que usted tenga acné si sus padres tuvieron acné.

Ciertos medicamentos. Los que contienen hormonas, corticosteroides y litio

La edad. en especial en la adolescencia.

De igual manera, existen factores que pueden empeorar la condición acnéica como: dieta, estrés, ropa ajustada, irritantes ambientales, contaminación y exceso de  humedad, apretar o pellizcar las imperfecciones, malos hábitos de higiene.

Ahora bien, ¿Cómo podemos tratar el acné?

Existen cuatro enfoques para el tratamiento de la patología acnéica: tópico, sistémico, hormonal o quirúrgico. 

Tratamiento tópico. Con este tipo de tratamientos suele buscarse la disminución de la hiperqueratinización del folículo y de la secreción seborreica. Para ello se usan queratolíticos suaves para favorecer una descamación superficial, favoreciéndose así la desobstrucción del canal folicular y el drenaje del exceso de sebo. Su acción es muy suave por lo que únicamente suelen ser eficaces en casos de acné leve y que puede ser abordado por cosmiatras. En éste caso, la profesional debe informar al paciente la probabilidad de producir eritemas, descamaciones y un efecto peeling,.Otras alternativas de uso tópico son:  la aplicación de sales, esteroides sintéticos que controlan la hipersecreción sebácea y crecimiento celular. 

Tratamiento sistémico. El tratamiento sistémico se reserva para los casos en que el acné se manifiesta en forma de pápulas, pústulas y nódulos, es decir, para aquellos casos de acné inflamatorio grave. Es un tratamiento exclusivamente médico en el que se utilizan antibióticos orales.

Terapia hormonal. Tratamiento estrogénico recomendado por un médico que reduce la producción de sebo y la formación de comedones y se usa cuando la  terapia antibiótica no ha resultado satisfactoria.

Terapia de Quirófano. Lo realizan los médicos cuando el acné es muy avanzado y forma quistes y nódulos de gran tamaño.

Cuidados de la piel acnéica:

Hay una serie de consejos higiénico sanitarios que, combinados con cualquiera de las opciones terapéuticas descritas, pueden ayudar a minimizar la duración y las secuelas del acné tales como:

Higienizarse la zona afectada con geles y emulsiones de limpieza adecuadas para piel grasa.

Evitar el exceso de limpieza que exponga la piel a agresiones y respuestas inflamatorias.

En cuanto a los cosméticos, deben escogerse aquellos que no sean grasos y que no contengan sustancias comedogénicas.

Debe evitarse la manipulación de granos y comedones con dedos y uñas

Usar una rutina de skin care adecuada al biotipo cutáneo, recomendada por un especialista dermatólogo(a), cosmiatra o cosmetóloga(o) de reconocida experiencia.

Cuidar la alimentación y uso de medicamentos que estimulen las glándulas sebáceas.

Ser constante y consecuente con el tratamiento recomendado por el profesional.

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Dermatocosmiatra Luz Manzano