Del hockey a impartir justicia en el fútbol

Del hockey a impartir justicia en el fútbol
Julieta Picullo tiene 20 años y es la jueza más joven de la Liga Escobarense.
Espera tener en breve su oportunidad en Primera, donde ya es asistente.
“Sin personalidad no se puede dirigir”, asegura.
 
En consonancia con los cambios que vienen dándose en el fútbol argentino -a la par de lo que ocurre en el mundo-, la Liga Escobarense también tiene mujeres formando parte de su plantel de árbitros.
Entre ellas, la más joven es Julieta Picullo, quien con apenas 20 años ya es árbitra y jueza de línea. Mientras suma experiencia en la Sub20, mantiene firme su aspiración de llegar a Primera en un futuro no muy lejano.
Como una cuestión de herencia que se dio en forma espontánea, Julieta sabe de qué se trata esto de usar silbato y sacar tarjetas: su papá es Marcelo Picullo, árbitro de larga trayectoria en la Escobarense y un hombre ligado al deporte, tanto como preparador físico como ejerciendo la dirección técnica.
Además, no tuvo reparos cuando supo que su hija pensaba seguir sus pasos. “Se puso muy contento y me apoya en todo -afirma Julieta-, diciéndome en qué tengo que mejorar. Es como tener un profesor aparte”. Suele decirse que los árbitros no tienen hinchas más allá de su familia, y en esto la joven escobarense empezó con el pie derecho.
Sin embargo, empezó a los 6 años a jugar el hockey en San Patricio. Dicho deporte es sin dudas su primer amor, “pero llegó un momento en que tuve la posibilidad de hacer el curso de árbitro y la verdad es que me gustó un montón, yo ya tenía la experiencia en mi familia”.
En este sentido, como recuerda en la actualidad, “desde que tengo uso de razón estoy en una cancha de fútbol, aunque siempre mirando. No tengo muchos recuerdos de acompañar a mi papá porque era chica, pero me acuerdo bastante de las puteadas (risas)”. Conocedora del paño, sabe bien que “por más que hagas las cosas bien, alguno de los dos equipos no se va a quedar conforme con el arbitraje”.
Paso a paso
Julieta Picullo -quien además estudia el profesorado de Educación Física- empezó el curso de arbitraje en la Liga Escobarense en 2019, pero en 2020 debido a la pandemia debió continuarlo en forma virtual. Finalmente pudo debutar en diciembre de 2020, como asistente en cancha de Malvinas, en un partido entre el local y Sportivo Unión de San Miguel válido por el torneo de verano. El primer paso estaba dado.
Tal como recuerda sin dudar la fecha, “el 1º de abril de 2021 debuté como árbitro principal en Sub 20, dirigiendo Roma-Unión de Del Viso”. Así fue tomando rodaje como árbitra o asistente, incluso yendo como parte de una terna a dirigir a torneos regionales, como en San Nicolás.
En Primera, por ahora intervino con la bandera en la línea, pero adelanta: “Ojalá en 2022 me llegue la oportunidad de ser jueza principal para partidos de Primera, eso lo deciden los superiores, mirando los partidos y al ver las condiciones de cada uno”.
En la actualidad son cuatro las mujeres que dirigen en la Escobarense, aunque como señala la joven “hay más que están haciendo el curso y ojalá se puedan sumar al plantel”.
Carácter
Más allá de las condiciones técnicas para dirigir, se sabe que –a diferencia de otros deportes, como el rugby- en el fútbol la figura del árbitro no siempre es respetada como es debido.
Sin embargo, esto no amedrentó a la joven escobarense: “Al principio era llamativo que una chica esté dentro de la cancha, yo me daba cuenta pero no le daba importancia, seguía haciendo mi trabajo. Pero si me dicen algo no me quedo callada, tengo carácter fuerte aunque respondo siempre con respeto”.
Y agrega: “La verdad no tengo nada que decir de los jugadores y cuerpos técnicos, siempre están con la mejor onda”, pero no duda en afirmar que “sin personalidad no se puede dirigir”.

Lic. Alejandro Lafourcade
revista 4Estaciones