La irrupción del piloto pilarense en la Fórmula 1 desató una fiebre casi sin precedentes. Calles, juguetes y hasta milanesas o helados le rinden homenaje.
Desde que irrumpió en la Fórmula 1 (parece una vida pero fue a principios de septiembre) Franco Colapinto se convirtió en mucho más que un piloto: de inmediato, el joven de Pilar pasó a ser un fenómeno que sobrepasa largamente lo deportivo y deja su sello en distintos rubros, desde los más predecibles hasta los más sorprendentes e insólitos.
Tapas de revistas, horas de televisión y presencia multiplicada en redes sociales marcan el rumbo, pero también se han sumado billetes con su cara, calles con su nombre y hasta milanesas y gustos de helado en su honor.
Fiebre
La primera señal fue dada por el artista Cristian English, quien pintó sobre un billete de mil pesos al piloto y detrás suyo al Williams en la Plaza 12 de Octubre de Pilar.
Además, la Francomanía generó una nueva viralización cuando apareció una calle con su nombre en la ciudad de Luján. El piloto de la escudería Williams Racing posee un tramo de la calle a la altura del 700 hasta el 800 y se cruza con otra que lleva el nombre del ingeniero británico James Vowles, jefe de su equipo, que comienza en el 0 y termina en el 100.
También el ambiente gastronómico se sumó a la moda: el restaurante El Antojo, autoproclamado como el autor de la mejor milanesa de bodegón de la Ciudad de Buenos Aires, homenajeó al piloto pilarense cocinando una milanesa con su rostro, la “Milapinto”.
Por su parte, la heladería Mario´s de Bella Vista lanzó su chocolate Colapinto, edición limitada de un chocolate con dulce de leche repostero y lentejas de chocolate confitadas en los colores azul, amarillo y blanco (a propósito del fanatismo del corredor por el club Boca Juniors), al que se le puede sumar un topping de pistachos.
Una de las apariciones más reciente fue la de un muñeco del pilarense en la la juguetería “Aquelarre”, que funciona en la galería de la terminal de ómnibus de Pilar. Se trata de un peluche de 35 centímetros del piloto, un simpático muñeco con el traje antiflama y el casco con el sello de Williams. El lugar también tiene autitos de Fórmula 1 (del estilo Duravit) coleccionables.
A mediados de octubre, días antes del Gran Premio de México, Franco fue tapa de la revista Forbes, presentado como “el joven talento argentino que está revolucionando la máxima categoría del automovilismo”.
La Francomanía también llegó al Desafío Eco YPF, cuando los alumnos de la Escuela Técnica N°2 de Presidente Derqui diseñaron el prototipo con el que compitieron inspirándose en el Shelby Cobra que Colapinto usó para girar por los bosques de Palermo.
A futuro
A fuerza de talento, probada capacidad y espontaneidad, Franco Colapinto sorprendió no sólo a los argentinos sino al mundo. Incluso se convirtió en uno de los iconos de la Fórmula 1 en el segundo semestre, con su imagen promocionando varios de los grandes premios, algo impensado para un debutante.
Sin embargo, al escribirse estas líneas aún era incierto el futuro del pilarense en la máxima categoría debido a que la temporada 2025 tiene prácticamente todas las butacas ocupadas.
Ojalá al momento de leer esta nota Colapinto ya tenga asegurada su permanencia en la Fórmula 1: la Francomanía no tiene intenciones de detenerse.